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Emprendimiento híbrido: ¿Por qué emprender mientras trabajas?

Emprendimiento híbrido: ¿Por qué emprender mientras trabajas?

¿Qué será eso del emprendimiento híbrido? Al hablar de emprendimiento, a casi todos nos viene a la cabeza la imagen de dos o tres amigos, seguramente jóvenes, decididos a comerse el mundo con una idea revolucionaria, antes incluso de terminar sus estudios. No podemos negar que éste es el guión de muchas de las startups más exitosas de los últimos años. Pero no de todas. 

A lo mejor tú eres una de esas personas con alma emprendedora y con una gran idea, pero que no te decides a lanzarte a la piscina porque crees que no vas a ser capaz de sacar el tiempo suficiente para dedicarle a tu proyecto emprendedor (posiblemente porque pasas ocho horas diarias trabajando por cuenta ajena). Pues no pienses que está todo perdido, aunque pases la barrera de los treinta… ¡o de los cuarenta!

Quizás debes plantearte lo que llaman emprendimiento híbrido, algo tan fácil como emprender mientras trabajas (en una empresa que no es tuya, se entiende). Y aunque pienses que es algo imposible, nada más lejos de la realidad, porque emprender bajo estos condicionantes no sólo es posible, sino que a veces es recomendable.

Emprende, aunque estés trabajando

  • Seguramente tendrás una mayor formación, porque habrás estudiado y/o habrás adquirido nuevas habilidades durante el desarrollo de tu carrera profesional.
  • Tendrás una mayor madurez. Tu trabajo habrá hecho que te curtas en mil batallas y tu experiencia te ayudará a valorar mejor el impacto de tus decisiones.
  • También es posible que tengas algún dinero ahorrado, lo cual te dará un mayor respaldo económico para cubrir al menos la fase inicial de tu proyecto sin necesidad de recurrir a fuentes externas de financiación. Además, al no tener que buscar esa financiación, ahorrarás un tiempo precioso que podrás dedicar a otras tareas de tu proyecto.
  • Sufrirás menos presión, porque no te lo juegas todo a una carta. Siempre podrás seguir ganándote la vida con tu trabajo actual en caso de que no consigas triunfar. Esa menor presión facilitará también la decisión de tirar la toalla (si es que llegas al momento en que no hay alternativa para seguir adelante) y redirigir tus recursos a otra cosa, algo que seguro te costaría mucho más si se tratara de tu único proyecto y te consumiera 24 horas al día, siete días a la semana.
  • Tendrás una agenda de contactos más o menos extensa que podrás usar para tu nuevo proyecto. Conocerás muchas personas, sabrás cómo se desenvuelven en un entorno profesional y te resultará más fácil encontrar posibles socios para tu aventura.

Pero, no vamos a negarlo, también tiene algún aspecto negativo que debes tener en cuenta:

  • La menor dedicación puede obligarte a reducir las expectativas, al menos durante la fase inicial.
  • Tardarás en ganar tracción. Aunque siempre puedes pensar que al principio no es crucial, que lo más importante es ser eficaz y saber que estás avanzando por el camino correcto sin desperdiciar recursos.
  • Y la que quizás sea lo más importante: ¡Te costará más! No hay duda de que te exigirá un gran esfuerzo. A tus ocho horas de trabajo por cuenta ajena tendrás que sumarle otras cuantas de dedicación a tu proyecto personal y renunciarás a gran parte de tu ocio (o a todo, sobre todo al principio). Pero no olvides que lo haces porque quieres, porque te gusta y porque ver que poco a poco avanzas en tu proyecto personal te causa una gran satisfacción.

En conclusión, si tienes una buena idea y ganas de emprender, el hecho de trabajar por cuenta ajena no debe echarte para atrás, sino todo lo contrario. Considera el emprendimiento híbrido como una opción más que interesante durante las etapas iniciales, mientras testas tu idea y hasta que compruebes que es viable y que merece la pena dedicarle todos tus esfuerzos.

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