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Emprender está de moda

Emprender está de moda

Emprender está de moda. No hay duda. No tenemos más que mirar los periódicos, ver la televisión o escuchar el discurso de los políticos para darnos cuenta de que vivimos rodeados de emprendedores. No pasa un sólo día en que no escuchemos hablar de nuevas aplicaciones para móviles, de exitosas startups, de rondas de financiación millonarias o de todas las oportunidades que existen en Silicon Valley. Nombres como Facebook, Whatsapp, Uber, Airbnb o Snapchat han pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual.

Siendo estrictos y atendiendo al significado de la palabra “emprender” según el diccionario de la RAE (“acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”), parece evidente que el emprendimiento no es nada nuevo. Creo que todos estaríamos de acuerdo en que personajes como Cristóbal Colón o Henry Ford deberían estar en el Olimpo de los emprendedores.

Emprender está de moda. Y está de moda porque en el contexto actual, en el que el desarrollo tecnológico ha transformado el mundo de una manera sin precedentes, el emprendimiento adquiere una nueva dimensión.

La unión de Internet con unas redes inalámbricas omnipresentes y unos terminales móviles cada vez más potentes ha generado nuevos usos por parte del consumidor, ha permitido reinventar muchas industrias y ha traído nuevas reglas sociales, nuevos hábitos de vida o nuevos modelos de negocio. Las reglas del juego han cambiado. Las necesidades de los usuarios evolucionan a velocidad de vértigo y seguramente fallaríamos si intentáramos prever qué moverá el mercado dentro de unos años.

Emprender está de moda. ¡Pero cuidado! Las modas a veces no son del todo buenas. Si nos dejamos llevar por las masas, corremos el riesgo de generar unas expectativas infundadas y perder la esencia de lo que estamos haciendo. Tenemos que tener en cuenta que toda nueva aventura empresarial se desarrolla en un contexto de gran incertidumbre. Por ello son necesarias nuevas formas de hacer las cosas y nuevos métodos de gestión que permitan adaptarse a esta situación y aumentar las probabilidades de llegar a buen puerto.

Sin embargo, y afortunadamente, el emprendimiento se ha democratizado y las barreras son cada vez menores. Cualquiera puede lanzar su propio proyecto y salir a la calle a testarlo con usuarios reales. Los recursos claves son las ideas y las ganas. El resto, incluido el dinero, se puede conseguir.

1 Comment
  • Gabriela
    Posted at 05:44h, 26 octubre

    Excelente artículo. Gracias!!!